Los diarios en el contexto de los documentos
personales y materiales autobiográficos
Hernández (1986) menciona que el valor instrumental
del diario, reside en su capacidad de reproducir la vivencia concreta de los
casos a través de la experiencia acumulada. Se persigue con ello destacar el
valor de la propia historia de la persona o grupo social.
Un documento personal como el diario, es
aquel documento revelador de sí mismo, que de manera intencional o no
intencional suministra información respecto a la estructura, dinámica y
funcionamiento de la vida mental de su autor.
Es un relato en donde se da cuenta de la
experiencia de una persona que expone su actividad como ser humano y como
partícipe de la vida social.
El diario del profesor
Para Rafael Porlán y José Martín (1994), el diario
del profesor es un recurso metodológico dónde el docente realiza observaciones,
entrevistas; describe lo que ocurre en clases, los materiales que utiliza, etc.
Así también, compara, triangula la información recabada y establece
conclusiones; con ello puede tomar decisiones para mejorar su práctica educativa.
Es decir, los diarios ayudan a rescatar los puntos débiles y fuertes de la
práctica educativa del docente, por medio de ellos puede reflexionar sobre la
práctica, ser crítico, desarrollar competencias y mejorar su práctica. Los
diarios ayudan a desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo de su práctica,
con ello pueden mejorarla.
Según Porlán y Martín (1994) el profesor
puede ser un investigador en el aula, indagando sobre las características y
necesidades del contexto en el que se encuentra. Esto, dándole una secuencia y
evaluando su intervención mediante el seguimiento a su práctica docente; o bien
investigando sobre los procesos de aprendizaje de sus alumnos.
Estos autores mencionan además, que el diario es un
instrumento que permite interrogar y desentrañar el sentido de la realidad,
constituyéndose testigo de la experiencia docente. Asimismo es un instrumento
muy poderoso que rescata la experiencia y voz de los involucrados, además de
rescatar más aspectos de la vida y práctica de las personas, al sentirse libres
de escribir su experiencia en él.
Zabalza (2004) plantea que los diarios constituyen
narraciones realizadas por los profesores y profesoras (tanto en activo como en
formación), donde el marco espacial de la información recogida suele ser el
ámbito de la clase o aula pero nada impide que otros ámbitos de la actividad
docente puedan ser igualmente reflejados en el diario”
El diario como herramienta de desarrollo
profesional
Para González (2006), el diario es un instrumento
de diagnóstico del desarrollo profesional, en el cual el profesor rescata las
experiencias y reflexiones acerca de su práctica educativa. Además explica que,
a través de los diarios se puede indagar y profundizar en la práctica educativa
de los docentes, ya que los diarios se caracterizan por ser abiertos, flexibles
y sistemáticos; el docente puede expresar libremente sus experiencias, ideas,
afectos, etc.; a través de su autoobservación.
De igual forma, menciona que la lectura de los
diarios entre docentes, permite socializar inquietudes, experiencias,
reflexiones, dudas y propuestas, acerca de la práctica educativa; así también
potencializa el desarrollo de la competencia dialógica y mejora las relaciones
interpersonales entre docentes.
Para el mismo autor, el diario tiene un valor
significativo en la vida de los docentes, ya que a partir de la reflexión
crítica de su práctica, pueden identificar problemas y plantear propuestas de
solución para mejorar su ejercicio profesional y su práctica educativa.
Zabalza busca indagar en los procesos internos del
docente al escribir un diario y explica que: “Escribir sobre si mismo trae
consigo la realización de los procesos a los que he hecho alusión: se
racionaliza la vivencia al escribirla (lo que tenía una naturaleza
emocional o afectiva pasa a tener, además naturaleza cognitiva con lo
cual se hace más manejable); se reconstruye la experiencia y con ello se tiene
la posibilidad de descentrarse de ella y analizarla; y, en caso de
desearlo, se facilita la posibilidad de socializar la experiencia
compartiéndola con un asesor personal o con el grupo de colegas”.
De igual manera, Zabalza (2004) plantea cómo
a través de la utilización del diario es posible observar un proceso
cíclico de aprendizaje profesional que transita a través de 5 etapas (p.53):
1.
La toma de conciencia de problemas del desempeño
profesional.
2.
La aproximación analítica a las prácticas
profesionales recogidas en los diarios.
3.
La profundización en la comprensión del significado
de las acciones.
4.
La toma de decisiones y puesta en marcha de
iniciativas de mejora.
5.
El reinicio de un nuevo ciclo de actuación
profesional.
Características del diario
· Recupera
las prácticas, experiencias y anécdotas de un sujeto o grupos de sujetos.
· No
tiene, ni podrá tener una estructura rígida, es flexible.
· Busca
la reflexión crítica del sujeto o grupo de sujetos.
· A
través de él se recupera la voz de las personas.
· La
autoobservación es clave dentro del proceso de escribir un diario.
· Son
sistemáticos, tienen una secuencia.
· Se
apoyan de recursos como observaciones, entrevistas, etc.
· Se
escribe regularmente para poder ver el proceso que tienen los sujetos.
· En
ellos se describe, sistematiza, analiza y se reflexiona en base a una
situación.
· Ayuda
a desarrollar un pensamiento más crítico y reflexivo a medida que se profundiza
en éste.
Un diario puede estar conformado por:
· Resumen
de lo que sucede cada día.
· Preguntas
y temas de estudio o investigación.
· Diagramas,
dibujos y mapas mentales.
· Observaciones
y entrevistas.
· Historias
de conversaciones, debates, y sesiones de planificación entre compañeros,
co-investigadores, docentes, supervisores y participantes.
· Reflexiones
sobre lo observado y sobre la re-lectura del diario.
· Conjeturas,
presentimientos, pensamientos, sueños
· Los
planes para la acción futura o de investigación.
Modo de elaboración
Efrén Acero (s/f) menciona que el Diario se debe iniciar con: “una descripción sistemática y pormenorizada de la dinámica de los ambientes de aprendizaje dentro o fuera del aula, hecha a través de la lectura de la realidad”; esto ayudará a detectar:
-Lo que desconoces de tus estudiantes.
Efrén Acero (s/f) menciona que el Diario se debe iniciar con: “una descripción sistemática y pormenorizada de la dinámica de los ambientes de aprendizaje dentro o fuera del aula, hecha a través de la lectura de la realidad”; esto ayudará a detectar:
-Lo que desconoces de tus estudiantes.
– Zona de desarrollo real.
– Expectativas y dificultades de los
estudiantes.
-Estrategias de seguimiento y control.
-Identificar el conocimiento previo de los alumnos.
-Acontecimientos más significativos para el grupo.
– Ambiente dentro y fuera del aula.
Para el autor, el propósito de iniciar así el
Diario es presentar un panorámica general y significativo de aquello que, desde
el punto de vista del observador sucede en el aula (o fuera de ella)
describiendo las actividades, relatando procesos y categorizando las
distintas observaciones que se van recogiendo.
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